domingo, 20 de noviembre de 2016

Life is Strange: la narrativa sobre la historia

No hace mucho que empecé a jugar a videojuegos en el ordenador, más en serio (comprando más allá de la secuela X de alguna saga conocida, vigilando cuánto me gasto en rebajas...). Cierto es que he cambiado, desde hace unos años mi impresión de los videojuegos. Igual de ociosa, pero más cultural. Cambio para bien, pienso yo. Las historias que se cuentan, y las formas en las que lo hacen, son / pueden llegar a ser impresionantes. Estoy totalmente de acuerdo con quienes dicen que los videojuegos pueden ser arte.

Al poco tiempo de jugar a la aventura gráfica The Wolf Among Us, empecé a buscar más juegos del mismo estilo. Lo que me impresionó del juego no fue simplemente elegir tu propia aventura. No sé si recuerdan esa saga de libros de “Elige tu propia aventura” pero, muy básicamente, eran historias donde el curso de los acontecimientos podía manejarse continuando la historia por la página tal o cual.

No se puede negar que, ese tipo de narrativa, de manipular la historia, “está bien”. Pero esto es otra cosa. Cuando juegas, roleas. Asumes el papel (o rol) de un personaje, lo interpretas, puedes llegar a identificarte con él. Te implica en la historia que el personaje acontece. O, por lo menos, esta experiencia es a la que los videojuegos, en su mayoría, aspiran con mayor o menor éxito.

The Wolf Among Us, del que ya hablé
Siguiendo en la búsqueda del género de aventura gráfica que The Wolf Among Us abrió, encontré Life Is Strange. El juego, visualmente hablando, es bellísimo. Colores vivos, banda sonora emotiva. Pero, ¿y merecería la pena?  Como el juego estaba dividido en 5 episodios, y el primero estaba de oferta por 1€, decidí comprarme solo el primero. Me pareció una historia interesante, pero no me llamó lo suficiente. Por suerte, un amigo que lo había jugado me recomendó encarecidamente comprármelo entero, a pesar de que el primer episodio no me había enganchado lo suficiente. Menos mal. De lo mejor que jugué el año pasado.

Como los libros de “Elige tu propia aventura”, no porque puedas modificar una historia eligiendo entre muchas posibilidades significa que no sea mediocre. Es decir, que simplemente la posibilidad de hacer más cosas no implica que una historia sea creativa, o agradable de jugar. De hecho, para mí la historia de este juego no importa tanto

Max Claufield, fotógrafa, estudiante y viajera temporal
Ciencia ficción de la que me gusta a mí. Una universitaria que estudia fotografía descubre que tiene poderes temporales, y decide encontrar a una chica desaparecida que ni siquiera conoce. Es decir, una excusa (bien hilada aunque no explicada) para otro tipo de historias. ¿Forzado? Puede. Pero la historia, en sí, es secundaria. Los personajes, los momentos paseando por el juego, las decisiones que te hace tomar y su implicación, la evolución de la protagonista… Eso me importa más. No pocas veces me pregunto qué significa aquél o este pensamiento que podemos escuchar jugando, o que aquel personaje hiciera tal cosa y luego dijera tal otra.


Con final sencillo pero emotivo, no me queda más que recomendar encarecidamente Life is Strange, a jugadores y no tan jugadores.

martes, 15 de noviembre de 2016

Mi paso por la Gaming Experience 2016

La convención nacional de videojuegos solía celebrarse en Madrid, durante el mes de Octubre.O se celebraba hasta este año, en el que los organizadores han decidido trasladarla a Barcelona (espero que temporalmente).

Precisamente, este año que he estado más libre, decidí pasarme, ahora que vivo (en) Madrid y eso. Aunque improvisada y algo falta de presentación de nuevos títulos y stands propios de empresas (salvo de Microsoft, que me pareció de lo mejor organizado de la feria), una feria paralela a la Barcelona Games World 2016 se celebró en Madrid: la Madrid Gaming Experience 2016.

Sin contar una vez hará 7 años que hubo una pequeña feria de videojuegos en Córdoba, nnunca antes había estado en algo tan grande, así que no tengo con qué comparar. Pero tengo que decir que la experiencia fue positiva, y volvería a ir el año que viene.

Realidad virtual, partidas de Overwatch (que finalmente me lo he comprado) y Gears of War 4 en LAN, los últimos Smash Bros y Mario Kart para jugar mano a mano con colegas, y pinballs!! Además de alguna consola retro para jugar al bomberman y una zona para correr y disparar con lasers shot.

Cada vez más, veo los videojuegos como un producto cultural. Por ello, recodaré positivamente poder acercarte a los creadores indies, preguntarles cómo funciona, y ponerte a jugar, solo o con amigos, a ver de qué va cada cosa. Una experiencia recomendable.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Mi vuelta por la PyCon ES 2016

Por exigencias del guión, me he encontrado el finde pasado, del 7 al 9 de octubre, en Almería.

Somewhere, beyond the sea




Nada menos que en la conferencia nacional de Python PyCon ES 2016


Stands de la PyCon



Tras las prácticas que hice durante el máster en NFQ Solutions, desarrollamos un par de aplicaciones en Python:


  • Tweemanager, una aplicación opensource que la empresa liberó, y que se encuentra en Github disponible, para recoger tweets (en streaming o mediante búsqueda histórica)
  • Qdos, que se va a convertir en un servicio de análisis de riesgo reputacional para empresas.


Resulta que, por recomendación de @guillemborrell,


Este señor de aquí

eché la solicitud para dar una charla sobre análisis de riesgo reputacional (y la matemática e informática que hay detrás), y me cogieron!!





Gracias a NFQ, que era patrocinador de la conferencia, fuimos de parte de la empresa a la PyCon de este año en el campus de la uni de Almería.




Ciertamente, me pareció una experiencia próspera, pues es difícil volver de ella sin los dos o tres consejos de programación que te van a hacer la vida de programador/consultor/matemático-físico en Python más sencilla.


La charla que di se puede ver tanto en Github (enlace) como en Slideshare. También grabaron la charla, cuando esté disponible la pondré por aquí.


sábado, 1 de octubre de 2016

Cosas que no hacer en Madrid: estudiar (matemáticas) en la UCM

Primer año en Madrid. Duro, intenso, pero Madrid es una ciudad que gusta. No es Córdoba, no es mi Córdoba, pero no puedo negar que Madrid tiene su encanto. Sus barrios más turísticos, su Gran Vía, su Latina, su Malasaña, su Retiro...


¿Qué hay para hacer en Madrid? Cantidad de cosas. No voy a aburriros con lo que páginas webs especializadas os pueden dar detalles de planes para dar y regalar. Pero sí os quería recomendar qué no debéis hacer: estudiar en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid.


Planteé estudiar un máster que me permitiera entrar en un doctorado, pero al mismo tiempo que me abriera puertas de cara al mundo profesional (principalmente, consultoría). Vi varios másteres de matemáticas aplicadas, pero casi todos los que ofertaban prácticas con empresas eran de 90 créditos ECTS (año y medio). Habiendo estudiado 4 años Física, me parece un poco engañoso entrar en un máster de más de 1 año. Los demás universitarios europeos, entre Grado y Máster, estudian 300 créditos ECTS (5 años).


Hubo uno, en la Universidad Complutense, que sí que era de un año: Máster en Ingeniería Matemática. Con asignaturas similar a los másteres que había visto, con 60 créditos y con posibilidad de hacer un doctorado. Fueron motivos más que suficientes por decantarme por la Complutense. Craso error, sin duda.


Yo me he sentido engañado la mayor parte del año.  El principal problema es el número de créditos de prácticas en empresa, obligatorios. Te obligan a estar 3 créditos ECTS en una empresa, que equivale (según dicen ellos) a 1 mes y medio de trabajo, 5h al día. Pero resulta que ninguna empresa te contrata en régimen de beca (ni en ningún otro régimen) menos de 6 meses... Lo que implica que, necesariamente, echas más horas en el máster del que te van a reconocer sobre el papel. Durante bastante tiempo, estás trabajando 5h por la mañana, 4h por la tarde en clase. Y si los profesores todavía entendiesen que estás trabajando, bien, pero son profesores chapados a la antigua: yo vengo aquí, te doy la clase, y te mando trabajos que tienes que hacer. ¿Cuándo? Pues entre las noches y los fines de semana.

Y esas practicas en empresa, aunque buscan algunas ofertas, tienes que hacer tú las entrevistas, y que te quieran coger. Luego, sí, se puede dar el caso de que ninguna empresa te coja, y no tengas maneras de cumplir esos créditos. A una compañera le pasó que estuvo varios meses intentando que la cogieran. Aunque finalmente sí la cogieron, empezó las prácticas más tarde de lo que quería, y tuvo que quedarse el verano en Madrid trabajando.


No he pasado pocas semanas durmiendo cada semana de media 5h al día y 6-7 los fines de semana. Es por eso, y no por otra cosa, por lo que soy una de las 2 personas (de en torno a 20 alumnos) que terminó el máster en un año. Cuatro más lo van a terminar en septiembre, y el resto para el año que viene, porque el ritmo de trabajo es mucho más de lo que avisan en la página web. Lo que aparece en la página web es un engaño. Por cierto, que los créditos asignados al TFM son 3 también... Evidentemente, un TFM no dura 3 ECTS, sino mucho más (en mi grado de Física en la Universidad de Córdoba fueron 6 créditos, y me parecieron pocos). Luego, realmente estás trabajando mucho más de lo que en ese tiempo puedes trabajar (si durmieras e hicieras vida de manera normal).


No me considero alguien especialmente listo, y en el máster he conocido a gente bastante más hábil e inteligente que yo. Simplemente he terminado en un año porque he sacrificado dormir y vida social. Y lo he hecho, también, gracias a que nunca he tomado café, y tomando de 2 a 4 al día, pues consigues seguir adelante. No era el único con ese ritmo, como no he sido el único que ha salido con tics del estrés. Recuerdo una chica que pidió en su empresa un día no venir para ir al dentista, porque llevaba con la muela del juicio un mes o así doliéndole mucho, y se la iban a sacar. Al día siguiente se llegó a trabajar, porque no le habían sacado la muela. El dentista le dijo que el dolor en la mandíbula no era de que le estaba saliendo la muela, sino de rechinar los dientes todas las noches. También conozco otra chica que, como a mí, durante el trabajo a veces le daban tics en la cara. Así estamos unos cuantos más.


No ayuda tampoco a tomarse en serio el Máster la desfachatez del profesorado, y el trato con los alumnos, que es insultante. Recuerdo estar en clase, y le preguntamos al director del máster, que si iba a ser la carga de trabajo tan grande, por qué no lo avisaban, por lo menos para coger las prácticas en verano, y estar el verano trabajando, mejor que durante el curso. Y el director del máster, completamente tranquilo, dijo que sí, que eso es lo más razonable, que el máster está pensado para un año y medio, pero que, bueno, lo han puesto de un año por si la gente se lo quiere sacar en un año. Textualmente. Es decir, que el propio director del máster sabe que es un engaño como está planteado, que no se puede acabar en el tiempo que han elegido, que no aparece esta información en la página web en ningún sitio, y que da pie a que, si estás eligiendo entre un máster de 90 créditos y otro de 60 que se llama exactamente igual, pues habrá gente (como yo) que opine que el de 60 es mejor porque es más corto.


De las veces que más humillado me he sentido, fue con el concurso del Santander para el que participé, con un grupo de alumnos y un profesor de la universidad. Resulta que, gracias a una práctica de este profesor, nos presentamos a un concurso internacional de Santander de Estadística. El concurso tenía dos fases. La primera consistía en predecir, gracias a una tabla de datos históricos de clientes, qué clientes iban a darse de baja. Quedamos primeros a nivel nacional y segundos a nivel internacional. En la segunda fase había que predecir si los clientes estaban poco satisfechos, satisfechos o muy satisfechos con el banco, basándonos en lo que otros clientes habían contestado en encuestas. Pues el grupo con el que estaba nos planteamos si seguíamos o no en la segunda fase, porque en la universidad nos iban a dejar descanso, ni mandar menos tareas ni nada de nada, y ya íbamos hasta el cuello.





Pues, aun así, fuimos. Y representando a la universidad complutense, aunque no nos ayudaba en nada. Tanto fue así, que enviados los resultados de la segunda fase, Santander nos invitó a todos los equipos a estar en un hotel en Madrid, y a ir a Ciudad Financiera (un complejo que Santander tiene en Boadilla del Monte) a exponer a ejecutivos nuestro trabajo, y comer con ellos, un lunes y martes. Pedimos en el trabajo esos días, y no hubo ningún problema  (a cambio, sí querían que le explicaramos un poco la metodología a ellos, por si podían aplicarla).


En la universidad nos avisaron que algunos profesores nos lo contarían como falta. Recuerdo perfectamente un profesor que nos mandaba todas las semanas un trabajo, y el miércoles ese pedía el trabajo semanal. Pues, cuando le avisé que no íbamos a estar esos días, que si podíamos entregarle el trabajo más tarde, nos dijo que, bueno, que representar a la universidad y tal estaba muy bien, pero que sus trabajos había que hacerlos sí o sí. Ese profesor, en otra ocasión, también se puso a humillar a una chica en clase, sacando correos que habían mantenido con ella, sobre la puntuación de un trabajo (le había puesto un 0 porque se confundió al copiar el enunciado, y los resultados evidentemente no eran los mismos). La cuestión está en que no se conectó a internet para enseñar estos correos: ya los tenía guardado en su disco duro. Es decir, que ese día, iba con la idea de poner en ridículo a esta chica.



Así que, cuando estábamos con los otros compañeros del concurso de otros países, nos comentaban que en su máster le habían dejado una semana libre de clases y trabajos, pues me sentí engañado por la Complutense. Y se me quedó cara de tonto cuando, exponiendo el equipo que al final ganó (por un 0.03% de acierto), explicaron que usaron toda la muestra de datos, usando en los servidores de la universidad... A nosotros, la complutense, ni las gracias. Es más, en la página web del Master de Ingeniería Matemática se puede ver "alumnos de la promoción 2015/2016 cosiguieron el segundo puesto internacional...". Ni siquiera han puesto nuestros nombres.





Con todas las pegas que se le puede poner a la Universidad de Córdoba, jamás podría imaginar que en la UCO podría pasar por una humillación similar. Y la actitud de algunos profesores, acorde totalmente al ritmo de los acontecimientos. Nunca me había llamado una profesora a su despacho para explicarle un trabajo, porque pensaba que estaba demasiado bien hecho. Como si fuésemos retrasados o algo parecido. O esperar a que los alumnos saliésemos para quedarse hablando con los alumnos de doctorado, criticando lo vagos y quejicas que éramos los estudiantes del máster. Otras “anécdotas” están relacionadas con otras personas, y algunas de estas cosas están ahora pasando por un juicio.

En conclusión, no puedo dar consejo mejor que el de no estudiar el Máster de Ingeniería Matemática, en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid. Y si se puede evitar toda la Facultad, donde están esos individuos, mejor todavía.
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